150 estudiantes de Agronomía inician sus prácticas de cultivo en la UTMACH


Ciento cincuenta estudiantes de séptimo, octavo y noveno semestres, de la carrera de Agronomía, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, de la Universidad Técnica de Machala, UTMACH, se benefician con la dotación de 2 hectáreas, en las cuales practicarán lo concerniente a cultivos y cosecha.

Abraham Cervantes, subdecano de la mencionada Facultad, indicó que, junto con la decana, Sara Castillo, y los docentes del área académica en cuestión, se coordinó el accionar práctico para que los estudiantes inicien esta misma semana las labores presenciales que les corresponden.

“La decana Castillo dispuso con anterioridad que se planifique el cronograma de prácticas de Agronomía y que se cumplan todas las medidas de bioseguridad para que los alumnos y profesores puedan trabajar en un ambiente seguro”, manifestó el subdecano Cervantes.

Prácticas con nota

Asimismo, indicó que la semana anterior, los docentes: Eduardo Luna, Salomón Barrezueta, José Quevedo, Rigoberto García, Juan Escalera, Marcos Espinoza, Irán Rodríguez, e Hipólito Pérez; más los estudiantes, estuvieron limpiando los predios asignados, que se encuentran al ingreso del campus Santa Inés.

“La Facultad les otorgó las facilidades para que puedan hacer las prácticas de campo; tuvieron maquinaria y herramientas, con las cuales procedieron a desbrozar los terrenos; se procedió al arado, y hubo riego de la zona, dejándola a punto para comenzar las siembras”, señaló el subdecano.

Añadió que los practicantes tendrán una nota por esta actividad y que sembrarán de manera convencional y de manera orgánica; maíz, fréjol, y maracuyá; para lo cual se les ha provisto de las semillas y los decentes estarán acompañándolos durante las 15 semanas que tomará el proceso desde la siembra hasta la cosecha.

Sobre el tema, el rector César Quezada Abad, resaltó que, en este tipo de prácticas, a más de los cultivos convencionales, se alienta el buen uso de prácticas agrícolas con la finalidad de cuidar el medio ambiente; al tiempo que los estudiantes aprenden técnicas naturales para combatir las potenciales plagas.

“Las buenas prácticas agrícolas, más que un atributo, son un componente de bioseguridad alimentaria y ya en el mercado, le confiere un plus de competitividad, a los productos, los cuales se comercializan con mejores precios por ser orgánicos. Es así como enseñamos a nuestros futuros ingenieros agrónomos a conjugar lo teórico con lo práctico, lo cual les servirá en su posterior desarrollo profesional”, aseveró el rector Quezada.